Ingmar Bergman
Gunn Walgren, Ewa Froeling, Jarl Kulle
Extraordinaria película con toque teatral en el fondo y en la forma. Hay momentos en los que los personajes entran en una habitación corriendo como entrando en una escena teatral, y es que todas las escenas son tratadas de forma teatral, a veces enmarcando a los personajes, los movimientos que realizan en la pantalla y los diálogos. Y es que de teatro va esta película, de comparar también el teatro con la vida que no deja de ser otro teatro y que a veces se confunden a través de la imaginación, la misma secuencia inicial es magistral. Esta película también nos habla del teatro de las relaciones sexuales y la educación. Tiene tomas magníficamente compuestas como cuando están los niños sentados con la ventana y la cruz atrás y las dos sirvientas una a la izquierda de pie y otra a la derecha sentada haciendo sus labores. Aparecen muchas cruces alguna muy buena como la nieve y la hierba cuando sacan el féretro y que seguidamente también vemos la escena a través como de un arco simulando el marco del teatro. En esta obra maestra se descubren infinidad de detalles. Tiene buenos contrapuntos a partir del punto de giro como son la diferencia entre las dos casas, los dos maridos, y el cambio que tienen que sufrir Fanny y Alexander en su educación. Buena e impactante secuencia la de los gritos de dolor de su madre despertando a los críos y éstos van a mirar desde lejos lo que pasa. Y ese final mitad realidad mitad imaginación cuando tropieza y se cae y luego esa frase de la abuela explicativa bordan un buen trabajo.
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