martes, 17 de abril de 2007

Vértigo. De entre los muertos

Vértigo. De entre los muertos * * * * *
Alfred Hitchcock
James Stewart, Kim Novak


Una película del maestro que no me enganchó en los momentos primeros como así lo hicieron por ejemplo El hombre que sabía demasiado, Psycho o Con la muerte en los talones. Eso sí, se nota que esta es mucho más personal que las otras y conforme va pasando la película sí que va enganchando ya más que al principio.
Técnicamente es una obra maestra y cuenta con muchas secuencias magistrales, acompañadas siempre por una fabulosa banda sonora de Bernard Herrmann.
Esta película va de milagros, y el milagro es que James Stewart está agarrado al principio al borde de un bloque de 6 o 7 pisos de altura y cae y sólo se hace un poco de daño, cuando momentos antes uno cae y se hace papilla. Pero, ¿cae y se magulla o cae y muere? Gran pregunta. Estando ahí arriba agarrado no puede siquiera darle la mano al otro para salvarse, y, además con ese fundido a negro. Y luego seguidamente del fundido a negro lo vemos con un bastón y dolorido con un corsé, después de caer de unos 20 o 30 metros. Un poco más tarde él mismo hará una pequeña demostración, cuando se sube a una silla, y se pega un batacazo increíble.
Madelaine es una representación, como un cuadro, por eso la veremos muchas veces enmarcada, como en el restaurante, magnífica secuencia donde ella traspasa ese marco y su acompañante se queda atrás hablando con un camarero y ella traspasa a lo Alicia a través del espejo, y entonces le vemos el rostro iluminado. En la ventana cuando Scottie mira desde abajo hacia arriba en el hotel, en la cama entre los marcos de la puerta cuando la saca del agua y la lleva a casa. O también muchas veces fuera de campo, pero viéndola a través de un espejo como en la floristería. Scottie se dará cuenta del engaño sufrido también a través de un espejo cuando la ayuda a ponerse el collar. Son representaciones de otras personas, como posesiones de espíritus en cuerpos que no son suyos, y tal cual como espejo, una de las dos siluetas es la falsa.
Y tiene también mucho detalles como el poste en cruz de madera del teléfono sobre la cabeza de Madelaine en la entrada de la puerta de casa de él. Grandes momentos, esa escena fantasmagórica en el parque con las secuoyas, cuando ella dice: En algún momento de estos nací yo, y aquí he muerto, sólo fue un instante, una vida, nadie lo advirtió. Y luego desaparece detrás de un árbol, magistral, como cuando a Judy la va aconsejando a la hora de vestirse, tal como dice el propio Alfredo más que vestirla la está desvistiendo. Una cosa que también es cita de Alfredo, es que considera que es un error el que no haya garantías de que Stewart no vaya a poder subir arriba del todo del campanario, pero personalmente pienso que esto está resuelto fácilmente, no sigue subiendo porque ve caer a la persona que va persiguiendo, entonces no tiene sentido seguir subiendo.
Los colores también toman importancia, esos rojos vestidos, las llamas del fuego, la puerta de entrada de la casa de Madelaine y la decoración. El vestido verde de Judy, neón verde en su apartamento, y en ese momento en que ella sale del baño después de recogerse el pelo con un moño, con esa imagen verde es cuando ella ha resucitado de entre los muertos, y se besan en ese momento giratorio de la cámara, fabuloso.
Ella, Judy, se va viendo atrapada, se va enfadando porque la van descubriendo. Son momentos geniales, cuando él casi no habla y ella, poco a poco no puede parar de hablar, se le va escapando una cosa detrás de otra, y cómo ella no sabe bien las intenciones de él, si es que quiere descubrila o es que realmente está enamorado de ella, sigue adelante con las proposiciones de él. Y todos esos planos junto a espejos en esta segunda parte es notable.
Luego él se da cuenta cuando ve el mismo collar y entonces la lleva a la misión, y en este momento ocurre lo del coche, que a veces lo veremos por la izquierda y a veces por la derecha, desde mi punto de vista es como si se hubiese grabado en dos países distintos y no se hayan dado cuenta de que luego no les coincidía, pero es extraño porque es muy notable y con una simple revisión rápida del montaje se da uno cuenta. Y el hecho de que la mujer muera estrangulada no es muy inteligente respecto a investigaciones policiales, menos mal que la policía no aparece en la película.
Y esa frasesdel final: "Lo veremos, esta es mi segunda oportunidad."
Los créditos iniciales del mítico Saúl Bass.

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